Sahagún ha dejado una descripción de la clase de maquillaje que usaban las mujeres concientes de la moda, en particular por las cortesanas quienes eran las compañeras de los guerreros jóvenes:
Los perfumes, agua rosa e incienso eran populares, y un tipo de goma de mascar (hecha de chicle mezclado con axin y betún) era usado para el aliento. Como siempre, la apariencia y los modales de la gente joven no era aprobados por la generación mas vieja y esta amonestación de un padre a su hija tiene un tono familiar: 'Nunca maquilles tu cara ni la pintes; nunca pintes tus labios de rojo para verte bella. Maquillaje y pintura son cosas que las desvergozadas mujeres livianas usan. Si quieres que tu esposo te ame, vístete bien, bañate y lava tus ropas.'
Los hombres se pintaban la cara y el cuerpo en ocasiones ceremoniales, pero no es seguro si los Aztecas seguían el ejemplo de sus vecinos lo Otomí quienes se cubrían los brazos y el pecho con tatuajes. Sahagún reporta que el quinto mes del año era el tiempo cuando las incisiones eran hechas en el pecho de los niños como una marca de ciudadanía o como identificación tribal.
Los espejos estaban hechos de piezas de pirita de hierro bruñido o de obsidiana, una clase de vidrio volcánico que era cortado y pulido en discos de hasta 30 cm. de diámetro. Éstos eran proveídos con marcos de madera o con bucles de cuerda para que pudieran colgarse en la pared.