Además de estos baños de agua fría, un tipo de sauna o baño de vapor era usado en todos sitios en el Valle de México. Casi todas las casas tenían su casa-baño, una pequeña construcción hemisférica más bien como un iglu con una pequeña puerta. Contra ésta era contruida una chimenea y las llamas calentaban la pared adyacente del baño hasta que lucia roja de caliente. En este estado el bañista gateaba en el sauna y tiraba agua sobre la pared caliente hasta que el interior se llenaba de vapor. Para incrementar el flujo de la transpiración y conseguir el mayor beneficio del tratamiento el bañista se cambiaba con ramitas o con un fajo de pasto. El 'jabón' era usado para lavar y el proceso podía ser completado con un masaje, seguido por un período de relajación acostandose afuera sobre una estera. Ambos, hombres y mujeres usaban los baños de vapor, no sólo para purificaciones rituales y el tratamiento de ciertas enfermedades sino trambién como una parte normal de la higiene diaria.